Perdón y aceptación

—Mientras escuchábamos los pasos que subían las escaleras desde el sótano, nos quedamos ahí mirando congelados, como si de esa puerta iba a salir el demonio en persona . Pero cuando se abrió la puerta, a la primera que vi fue a Ghislaine.

—Uuf, maldición, eres tú maestra , gracias a Dios —dije aliviado.

—Hola, Rúdeus, ¿qué haces agarrando del cuello al Dios del norte?

—Nada, solo estábamos hablando, ¿cierto Alek? —dije, soltándolo.

—Supe que Eris dio a luz, ¿dónde está? Quiero verla.

—Claro, maestra, en esa habitación mis esposas y mamá están con ellas . Tú solo entra, ella estará feliz de verte.

—Te acompaño, gatita —le dijo papá.

—Vete al demonio, Paul —le dijo la gata, y entró a la habitación.

—Uuf, eso estuvo cerca —dije, tirándome al sillón bebiendo mi trago de un sorbo y cerrando los ojos.

—¿Qué estuvo cerca, Rudy? —dijeron de pronto, y cuando miré, parada ahí en la puerta que da al sótano, estaba la reina de Asúra con Sariel en sus brazos, escoltada por Elmore, que traía a Edward, y tras ella venía Alex, el otro Dios del norte. Cuando la vi, sentí que me había convertido en cristal y me había hecho mil pedazos.

—¿Qué estuvo tan cerca, Rudy? —me preguntó Ariel nuevamente, abriendo los ojos de manera severa.

—Eeeeh, eeeeh, gusto en verte, majestad —dije, poniéndome de pie y dándole el saludo noble, seguido por papá y Alek. Ruidjerd también hizo una especie de reverencia. —Decía que era un alivio que, eeeh, Ghislaine viniera a ver a Eris, ella quería verla, y yo iba a ir a enviarle un mensaje, pero, pero justo llegaron, por eso es un alivio no tener que ir a, a, a enviar el mensaje a la cabaña, porque esta alejado de aquí , eso, jeje jeje.

—Oh, ya veo. ¿Te molesta que pase a saludarla? Hemos traído regalos para su bebé y también para lady Roxy.

—Cla, cla, cla, claro, alteza, por favor, por ahí —dije, apuntando a la habitación.

—Gracias, Ghislaine me pidió permiso para subir primero. Ella quería ver a Eris, de hecho hace días estaba con la intención de venir , jejejeje con su permiso iré a ver a las chicas . —Lord Alex, si gusta puede quedarse aquí —le dijo Ariel.

En ese momento, Edward me vio, pidió que Elmore lo soltara y corrió a mis brazos.

—Papi, papi —me dijo. Cuando lo tomé en brazos , me dio su hermosa sonrisa, ya saben, se ríe como yo jejeje .

—Qué estamos celebrando, Wuajajajaja —nos dijo Alex.

—Mis esposas acaban de dar a luz —dije.

—¿Las dos al mismo tiempo?

—Así es.

—Wuajajajaja, qué conveniente, ¿no? Wuajajajaja.

—Déjame servirle una copa —le dijo Paul.

—¿Papá, chocolate? —me dijo Edward.

—Claro, mi niño, de inmediato —le dije, mientras se lo pasaba a Paul.

Este lo miró y Edward le sonrió.

—¿Tu papi tambien?

—No, majestad, yo soy el padre de eeeh, tu papi, dijo Paul mirándome .

De pronto, Edward vio a Ruidjerd y trataba de tocarle el pelo, algo que Ruidjerd permitió. Ya saben cómo es con los niños.

—Eeeeh, Paul, puedo preguntar algo? —dijo el Superd.

—Si es lo que creo que vas a preguntar, sí, creo que sí, pero mejor hablamos de esto en privado —le dijo papá.

—Ya veo —dijo Ruidjerd sonriendo.

—¿De qué van a hablar, chicos? —dijo Alek.

—Eeee eh, es algo privado, Alek. Es algo de familia, lo siento.

—Oooh, en ese caso, pueden decírmelo, ya que yo me estoy acostan...

—¡Alek! —le gritó de pronto Aisha , que estaba atenta a la conversación.

—¿Si?

—Ven, ¿me puedes ayudar a entrar madera por favor?

—Claro —dijo Alek, poniéndose de pie con una sonrisa al ver a Aisha .

—Wuajajajaja, la juventud —dijo Alex, bebiendo un trago.

—¿juventud?, Alek tiene un año más que yo, le dijo Paul.

—Wuajajajaja es un cuarto de demonio, en términos humanos aún es un niño, Wuajajajaja.

Mientras en la habitación donde estaban las chicas, Ghislaine estaba con Christina en sus brazos, mientras la gata le sonreía.

—Dios, Eris, aún me cuesta creer que ya eres madre, y esta bebé es idéntica a ti.

—Sí, eso dicen. Pero, Ghislaine, ¿cómo fue que Su Majestad te dejó venir tan rápido?

—El Dios Dragón envió un mensaje, pero yo no vine sola —dijo la gata, justo en el momento en que tocaban la puerta.

—Puedo entrar? —dijo Ariel, asomando la cabeza.

—Majestad —dijo Silphy, poniéndose de pie, lo mismo que Nana, que no puso muy buena cara cuando la vio.

—Oooh, no hagan eso, permiso —dijo, mientras entraba con Elmore, que traía regalos. —Un segundo,¿ las dos dieron a luz? , el mensaje decía que solo era lady Eris.

—Sí, bueno, dimos a luz solo con horas de diferencia majestad, — le dijo Roxy.

—Ufff, qué bueno que traje todos los regalos. ¿Y qué fueron?

—Son niñas, se llaman Lily y Christina.

—Son hermosas, idénticas a ustedes. Y vaya, creo que Rudy, solo concibe niñas al parecer —dijo Ariel, mirando a su hija en brazos.—Silphy y Nanahoshi se dieron unas miradas, y Nana no estaba nada contenta con este comentario.

—Puedo ver a la princesa, —dijo Eris.

—Claro, aquí tienes. Ella es Sariel Anemoi Asúra, segunda princesa de Asúra.

—Vaya, es muy linda. Ya debe tener un mes. Pero, ¿está bien que ya estés nuevamente en movimiento, alteza?, le dijo Eris.

—Yo no soy tan débil, Eris. ¿No recuerdas nuestro viaje rumbo a Asúra en la guerra? O tú, Silphy, ¿cómo escapamos de Ars a Ranoa? Yo soy ruda —dijo Ariel, inflando su pecho.

—Sí, sobre todo ruda para drogarnos y meterte en la cama del esposo de otras mujeres, maldita puta, —dijo Nana en japonés, casi murmurando para ella.

—Vaya, es una bebé hermosa. Se parece mucho a ti, majestad. Bueno, salvo por el cabello, que se parece, eeeh, al de, al de, al de, eeeh...

—Al de mi madre —dijo Ariel interrumpiendo a Eris .

—Claro, "tu madre" —dijo Eris, mirándose con Roxy, mientras Zenith daba un sonoro suspiro .

—Les traje obsequios. Como no sabía si serían niños o niñas, les traje ropa de bebé con color neutral, y varias finas golosinas Asuranas para ustedes, chicas.

—No debió molestarse, majestad —le dijo Roxy.

—Oh, es lo menos que puedo hacer por las hermanas de... digo, por las hermosas hijas que tuvieron, chicas.

—Muchas gracias —dijo Eris, mientras Sariel se ponía a llorar.

—O dámela, creo que tiene hambre —le dijo Ariel.

—No hay problema —dijo Eris, sacando su teta y alimentando a la princesa. —Vaya, ya van dos príncipes a los que le doy leche —dijo Eris con orgullo.

—Supe que Lara pronto cumplirá 5 años. También le traje un obsequio, para que se lo den —dijo Ariel, pasándole la caja a Silphy.

—Te lo agradecemos, majestad. ¿Por qué no vienes a la fiesta? Sería lindo que trajeras a los príncipes.

—Oh, Silphy, no quiero molestar.

—Tú no molestas —le dijo Silphy con una sonrisa, mientras Ariel tomaba asiento al lado de las chicas .

Mientras Rúdeus estaba en la sala con los chicos, momento en que Norm se sentaba junto a Ruidjerd.

—¿Dónde está Aisha? —pregunté.

—Está con Alek, fueron al cobertizo por madera. Oye, Rudy, debo preguntar algo —dijo Norm.

—Papi, toma —me dijo de pronto Edward, dándome un trozo de chocolate y sonriendo. Yo también le sonreía, y todos notaron el parecido cuando hicimos eso.

—Lo siento, ¿qué querías preguntarme, hermana?

—Eeeh, nada, olvidalo, lo olvidé —dijo Norm mirando a Ruidjerd, que solo le dio una amable sonrisa.

—Oye, Edward, ¿quieres conocer a Lily y Christina?

—Sí —me dijo el niño, así que fui a la habitación.

—Oye, papá, no crees que Edward se parece a(...).

—¡No lo digas! , hija. Ya todos nos dimos cuenta, y ya tuve esta conversación con tu hermano, dijo Paul bebiendo de su copa.

—Ya veo, ¿y qué te dijo?

—Uuf, te lo diré cuando vamos a casa más rato —le dijo Paul, que se sirvió otro trago.

Mientras yo entraba a la habitación.

—Hola, disculpen la tardanza, pero papá hizo brindis doble, además este niñito quiere conocer a las bebés —dije. Cuando miré, quedé paralizado. Eris le daba teta a Sariel, Roxy a Christina, y Ariel a Lily, además de Silphy a Siegh. Era el festival de las tetas, solo faltaba Nana y Ghislaine con las tetas al aire, y sería una alineación tetaria.

—Eeeeh, mejor salgo —dije.

—Solo entra de una vez , no es si nunca hubieras visto estas tetas —me dijo Nana con las mejillas infladas.

—Lo siento. Mira, Edward, ellas son Lily y Christina, tus, tus, eeeh, algo así como tus hermanitas.

Él las miró sin mucho interés, la verdad. Bueno, apenas tiene poco menos de dos años.

—Veo que el bebé de Silphy se parece mucho a ti y Paul, Rúdeus —me dijo de pronto Ghislaine.

—Sí,bueno salvo por el pelo y las orejas.

—Pobre niño, heredó el rostro del idiota de su abuelo y las orejas de Elinalise —dijo meneando la cabeza. A Silphy no le gustó mucho este comentario . —Tanto que se odiaban y tiene un descendiente en común, jajaja. La vida a veces es muy sarcástica —dijo la gata. —Puedo sostenerlo —le pidió Ghislaine a Silphy, así que tomó a Siegh en brazos. Y luego lo miró con su ojo demoníaco.

—Demonios, este niño tiene un aura de batalla aterradora. Dios, Rúdeus, ni tú poseías un aura así cuando eras niño.

—De hecho, mi aura era muy débil maestra . Simplemente me di cuenta que el aura de batalla es mana, y puedo desviar una gran cantidad a mis músculos. Por eso logré hacer de mi aura débil una muy fuerte y volverme Dios del Cauce y Emperador del Norte, aunque apesto en Dios del Filo.

—Entrena a este niño. Él será un guerrero formidable cuando crezca. Jajaja, maldito Paul, qué demonios tienen sus genes.

—Tal vez debiste casarte con papá y tener un hijo, el habría sido más fuerte que yo tal vez, jejeje... 💥auch, me quejé luego de una tremenda patada de mi mamá.

—Jajajaj, bien hecho Zenith, se lo merecía,— río Ghislaine.

En eso Ghislaine , miró al resto de los niños.

—Vaya, todos tienen un flujo de maná importante. Fácilmente llegarán mínimo a Santos si entrenan. Y eso incluye a los príncipes. No me había dado cuenta. El príncipe Edward y la princesa Sariel también tienen un flujo de maná importante, casi del mismo tamaño que el de los hijos de Rúdeus. Tal vez un poco inferior. Su padre debe haber sido un guerrero, porque con respeto, majestad, su mana no es la gran cosa, pero ellos también podrían llegar mínimo a Santos si son entrenados.

Cuando dijo eso, todos excepto Ghislaine y Ariel me miraron, pero sobre todo mamá. Bueno, si antes estaba un 90% seguro que Edward y Sariel eran mis hijos, acabo de subir esa probabilidad a un 95%.

—¿Quién tiene hambre? —dije. —Lilia está haciendo una rica cena, o puedo traerles algo de la cocina .

—Tú, linda —le dijo de pronto Edward a Nana, y saltó en sus brazos, algo que sorprendió a mi esposa.

—Ella, linda.

—Creo que le gustaste al príncipe —le dijo Silphy.

—Sí, creo que tiene los mismos gustos del padre —dijo Nana, sonriendo, mientras Ariel se hacía la tonta.

—Crak —sonó de pronto. Y cuando miré, Siegh le había roto el dedo a Ghislaine.

—Oh, diablos, maestra, lo siento. Él siempre hace eso, lo siento, aún no controla su fuerza, dejame curarte .

—No te preocupes —dijo, mientras le curaba el dedo. —Estos niños serán muy fuertes. También miré a Lucy, Ars y Lara. Los tres también tienen un gran flujo de maná. Contigo y Eris entrenándolos, además del imbécil, tendrán grandes maestros.

—Nadie es mejor maestra que tú, Ghislaine —le dijo Eris.

—Jaja, deja de decir eso. Me superaste hace mucho.

—Creo que iré a ayudar a Aisha y Lilia a la cocina. Toma, Rudy —dijo Nana, pasándome a Edward. Pero él saltó en brazos de Ghislaine y puso su cabeza entre los enormes melones morenos de la gata.

—Vaya, me recuerda a Ars —dijo Eris.

—Sí también le di cuenta, iré ayudar a Lilia a cocinar, dijo Nana.

—Puedes hacer esa sopa de tu mundo —le dijo Eris.

—Claro.

—Nana, ya que vas a hacer cosas de Japón, hazme unos wantanes, 💥, Aucht.

—Eso es de China, imbécil —me dijo, malhumorada, y salió.

—En ese momento Zenith tomó de la mano a Ghislaine y también le tomó la mano a Elmore, y las sacó de la habitación con el permiso de Ariel, obviamente mamá pensó que deberíamos estar solos .

—Nanahoshi es muy enojona ¿es por mi culpa? —dijo Ariel.

—No . Son bromas de su mundo. Nana es japonesa y yo la molesto con China o Corea. Es como que a un Asurano lo moleste con el Reino Dragón o Milis, —le dije .

—No te preocupes alteza , ellos siempre se dicen cosas de ese mundo. A nosotras también nos dejan desconcertadas con las cosas que dicen, o a veces se hablan en esas lenguas. Y últimamente Lara y Lucy hablan con Rudy y Nana en esas lenguas cuando no quieren que sepamos lo que dicen, le dijo Roxy.

—Así que tienen códigos secretos —dijo Ariel.

—Así es. Así como tú escondes el secreto de que viste los recuerdos de nuestro esposo, majestad —le dijo Roxy.

Ariel tragó saliva sonoramente.

—Yo lo siento. Pero Quiero que sepan que yo jamás hablaré de ello.

—Lo sabemos. Silphy nos contó su conversación.

—Ya veo. Supongo que ya saben muchas cosas entonces.

—Sí, sabemos que estás enamorada de Rúdeus, alteza.

—¿Me vas a matar, Eris?, dijo Ariel sonriendo, pero visiblemente nerviosa.

—Claro que no. Mi abuelo y mi padre me vendrían a regañar desde la muerte si te hago algo, alteza.

—¿Y tú, lady Roxy?

—Me molesta que hicieras esto a nuestras espaldas. Si sentías algo por Rudy , debiste ser sincera con nosotras.

Si se amaban, lo habríamos permitido . Sin embargo, yo no te odio, alteza. Es con Nanahoshi con quien deberías hablar. Ella sí que está muy molesta contigo. En cuanto a mí, agradezco que vinieras a hablarlo en persona .

—Creo que yo me voy a ayudar a la cocina y mejor las dejo hablar a solas —dije.

—Tú no te mueves, Rúdeus Greyrat —me dijo Silphy.

—Sí, claro —dije, sentándome en la cama de Eris, que era la que se veía más tranquila curiosamente con todo esto.

—Rúdeus, acuéstate a mi lado —dijo Eris, y me tiré a su lado mientras amamantaba a Sariel.

—Sabes, si dijéramos que esta bebé es nuestra, la gente no lo dudaría.

—Claro que sí, Christina es pelirroja, Eris .

—Pero tú tienes el pelo castaño como esta niña . O mejor dicho, esta niña tiene el pelo castaño como tú, ademas tu madre tiene ojos azules, fácilmente la gente creería que es nuestra .

—Jejejeje jeje —dije, riendo torpemente.

—Uuuuf, no empiecen ustedes dos. Sariel no es hija de Rúdeus, y Edward tampoco —nos dijo Ariel.

—Hay una manera de saberlo. Simplemente llama a Orsted y veamos si los bebés gritan de terror, —dijo Eris.

—Estás demente —le dijo Ariel, molesta. —Eso matará del susto a los príncipes, son solo unos bebés .

—Lo siento —dijo Eris, con vergüenza.

—No, yo lo siento, lady Eris, pero me da miedo ver a lord Orsted.

Silphy y Roxy se dieron miradas cómplices, como queriendo decir que no le creían una mierda a Ariel. Además, estaba mintiendo, ya que le temblaban los labios (de la boca, aclaro) .

Rúdeus también lo notó, pero se hizo el tonto.

—¿Cómo te has sentido, Ariel? —pregunté, mientras ella aún le daba teta a Lily.

—Bastante bien, bueno, salvo cuando la bebé despierta y debo darle teta.

—Jaja, ¿de que te quejas? tú solo haces eso nada más . Tus sirvientas le cambian el pañal, a ti te da asco hacerlo, le dije.

—El otro día lo intenté, pero fue horrible , olía muy feo a caca y me dieron arcadas.

(...) 😒😒😒😒😏😏😏😏.

Deja de mirarme así. Soy la reina, nunca tuve que hacer esas cosas. Tú tienes experiencia, vienes de otro mundo.

—Nunca tuve hijos en el otro mundo. Es algo que se llama ser padre y lo aprendí acá .

—Bien, bien, le cambiaré a Sariel la próxima vez. ¿Contento?

—Sí.

—No espero poder volver a ponerme a entrenar e ir a misiones —dijo Eris, cambiando de tema .

—Quédate con Christina. Puedo ir con Silphy, Lucy, Alek y Aisha, por ahora, —le dije .

—Me da miedo que lleves a los niños, —me dijo Roxy.

—El otro fuimos a un misión de 2 días y llevamos a Lucy, cuando veníamos de regreso, salió un monstruo —dijo Silphy. —Pero Rudy lo mató rápido con magia, y se vinieron discutiendo con Aleksander porque no lo había dejado matarlo el , creo que quería lucirce frente a Aísha, porque, bueno ya saben la entrena .

—Está bien, llevalos, pero ten cuidado, me dijo Roxy.

—yo solo quiero regresar a las misiones pronto y entrenar a los niños, —dijo Eris.

En ese momento, los bebés se quedaron dormidos, así que los acostamos en sus cunas. Como estaba la princesa, tuve que traer la vieja cuna de Lucy del sótano para acostar a la princesa también. Se veían muy lindas las tres juntas, ahí me quedé mirando las bebes dormir , mientras las chicas me miraban.

—Rudy se ve muy feliz —dijo Silphy. —Después de todo, son sus hijas.

—Sariel no es su(...).

—Sabes que eventualmente lo sabremos, ¿cierto? —le dijo Silphy interrumpiendola.

—Rudy, amor, puedes ir a buscarnos unas barras de chocolate por favor, y lleva al príncipe contigo —me dijo Silphy.

—Claro.

Una vez Rúdeus salió, Silphy habló primero.

—¿Lo vas a negar nuevamente ? Majestad, nadie te va a decir nada, pero sé honesta, por favor.

—No lo son.

—Lo sabremos eventualmente. Las mentiras no duran para siempre —le dijo Roxy.

—Soy la reina, la reina solo tiene a Asúra, y su deber es darle príncipes al reino.

—Ah sí, ¿acaso no eres mujer, majestad? , ¿no tienes sentimientos? , ¿no amas a Rudy y a tus hijos? .

—Claro que los amo Silphy . Me refiero a lo que mi pueblo espera ver de mí.

—Por favor, majestad, ya todos lo sabemos —le dijo Eris. —Y nadie te va a decir nada. Solo queremos que seas sincera.

—Lo siento, chicas.

—Bien, si no son hijos de Rúdeus, en ese caso podríamos arreglar matrimonios. Los chicos podrían conocerse, y no sé, tal vez Siegh o Ars se casen con Sariel, o Lily o Christina con Edward.

—Claro que no —dijo Ariel, muy molesta.

—¿Por qué no? ¿Nuestros hijos son poca cosa para ti ?, le dijo Silphy.

—No es eso Silohy . La ley lo prohíbe.

—¿La ley, eh? Segura que no quieres que se casen porque la verdad son hermanos —dijo Silphy.

—No es por eso , es por la ley que prohíbe a los ahijados casarse con los hijos del padrino, dijo Ariel .

—Silphy, no insistas. Su Majestad nunca lo va a reconocer —le dijo Roxy. —Sin embargo, yo espero que los príncipes no odien a Rudy. No, no lo van a odiar. Rudy seguramente les dirá lo que el cree que es su padre cuando ellos le pregunten, pero cuando sepan la verdad, esto le puede golpear en la cara, majestad. Solo eso tengo que decir. Y hable con Nana, ella aún no la perdona del todo.

—Lo sé —dijo Ariel, cabizbaja.

—Bien, ¿y cuándo es la boda? —dijo Eris.

—¿Cuál boda?

—Dijo que amaba a Rudy, ¿cuándo se casan?

—No puedo hacer eso, lady Eris.

—Solo dígame, Eris.

—Lo siento Eris , no puedo hacer eso.

—Maldición, después de que las convencí de aceptarte, majestad, tú dices que no —dijo Silphy.

—Ustedes saben que no puedo. Aunque lo ame, esto podría traer problemas si sale a la luz. Aún hay muchos opositores, aunque sin poder aún tienen influencia en algunos sectores opositores . La familia Silva aún es leal a Grabel, y algo así podría crear una conspiración en mi contra, usar a Rudy e inventar cosas que no son como que me controla o es el rey en las sombras, eso podría llevar a una revolución .

—Nada te pasará. Rudy los mataría si intentaran hacerte algo a usted o a los príncipes. Y créeme que no quieres ver a Rudy cuando le hacen daño a los que ama, el se transforma es otra persona básicamente como ese Hulk, —dijo Roxy.

—Entiendo. Pero Miren la hora que es. Creo que será mejor que me vaya y las deje descanzar, dijo Ariel .

—Oh, por favor, majestad, no empieces. Quédate a cenar —le dijo Silphy. —Además, Paul y Zenith van a querer ver a Sariel.

—Está bien, me quedaré. Pero vine con mucha gente.

—Tranquila, la mesa es grande —dijo Silphy, —Además, las chicas deberán comer aquí.

—Traje el chocolate —dije, mientras entraba con Edward en mis brazos. —Creo que deberemos invocar más con Nana, ya queda solo para unos meses considerando los asaltos nocturnos de Roxy, jejejeje.

—Oh, ya cállate. Por cierto, ¿tenías que volver a contar cómo nos conocimos mientras daba a luz?

—Lo siento, pero es una historia linda.

—Para ti. Los que la escuchan y no saben el contexto van a pensar que soy una degenerada.

—Oye, Rúdeus, ¿van a invocar eso que bebimos en tu mundo?

—¿Qué cosa Eris ?

—Eso que bebimos en donde nos llevaste a comer pasteles.

—También las llevo ahí —dijo Ariel.

—Lo sabía. Esa rubia de la que hablaba, tu vecina, era la reina —me dijo Eris.

—¿Hablas del café? Sí, Nana quiere invocar eso. Pero yo siempre bebí más té en el otro mundo, y de hecho Nana también. Aunque el café no estaría mal para variar un poco —dije, cambiando abruptamente el tema.

—Debes llevarme a mí también —me dijo Ariel.

—Sí, lo haré.

Estuvimos ahí hablando un rato hasta que Sariel despertó. Estaba cagada, así que hice que Ariel le cambiara el pañal. Debieron verla cómo se tapaba la nariz y hacía arcadas, pero al final pudo hacerlo.

—No puedo creer que te de asco —le dijo Silphy.

—No estoy acostumbrada.

—Majestad, cuando derrotamos a Reida, cenamos con el cadáver ensangrentado de Darius a unos metros, y ¿te da asco un bebé con caca?, le dijo Silphy.

—Sí, bueno, es que odiaba a ese bastardo —dijo Ariel.

—Ariel, ¿puedo llevar a Sariel a que conozca a mis padres? —pregunté.

—Sí, claro.

Así que la llevé, y llamé a los niños, a papá, mamá y Lilia. Aunque al ver que los llamaba, Aisha y Norm se acercaron también.

—Miren, familia, ella es Sariel, la segunda princesa de Asúra —les dije, mientras la miraban. Lara la miraba intensamente, lo mismo que a Edward.

—¿Qué ves, hija? —le pregunté.

—Nada, malo. La reina deberá hablar cuando estén grandes —dijo, y volvió a la cocina a seguir bebiendo leche.

—¿Qué piensas, papá? —le dije a Paul, que pensé que tendría mala cara, pero se veía bastante sonriente. Finalmente, mamá la tomó en brazos y la acunó, y se quedó con papá mirándola. Finalmente, Aisha y Lilia volvieron a la cocina, pero Norm me agarró de un brazo y me metió al despacho y cerró la puerta.

—Oye, que mierda te pasa Norm, debo regresar la bebé y Edward a Ariel.

—Bien, hermano, dime la verdad, esa bebé es tuya, ¿cierto?¿ Ya viste su cabello? Es prácticamente la reina con tu cabello, hermano. Y ni hablar del príncipe, se ríe como tú, mira como tú, tiene tus gestos. Y cuando lo tomé en brazos, me toqueteó las tetas como lo hace Ars.

—Uuf, sacaron ese gusto por nuestra parte Notós. Esta bien Tt diré la verdad, Yo no recuerdo haberlos hecho, Norm.

—Maldita sea, ese día en la aldea Superd, nunca olvidaré el aroma esa mañana, apestaba al perfume de su majestad.

—Lo sé.

—¿Te has puesto a pensar que ella entró esa noche a la aldea con a la ayuda de Orsted, y te dio algo que te hizo olvidar?

—No lo creo que Orsted hiciera algo así , pero almanfi sí pudo ayudarla a llegar ahí .

—Maldición, Rúdeus, engañaste a tus esposas.

—No lo hice.

—¡Cállate! . San Milis, apiádate de mi hermano.

—Sí, soy sincero, Norm. Ariel me los niega y dice que no son míos, pero yo creo que sí lo son.

—Claro que lo son, estúpido. Ruidjerd me comentó que también cree que son tus hijos.

—¿Y cómo lo sabe? Él no es biólogo.

—Maldición, es un Superd, tiene 700 años de experiencia .

—Sí que saliste asalta tumbas, hermana, jajaja,💥 aucht —dije luego de que me dio con el tintero en las costillas. Y esa cosa es de bronce, duele.

—Muy gracioso, imbécil. Uuuuf, no diré nada porque los conozco. No sería nada de raro que tú y tus esposas se estén revolcando en la cama con la reina, ¡se lo pervertidos y degenerados que son todos ustedes ! Pero por San Milis, hermano, no abandones a tus hijos.

—No lo haré, te lo juro. Jamás haré eso ni en esta vida ni en la próxima. Y no soy un degenerado, es algo normal.

—Bien, maldita sea. No te diré nada más porque Ruidjerd me dijo que te dejara en paz. Tienes suerte de que mi esposo te estime, idiota.

—Es que me conoce antes que a ti. 💥 Auch, veo que sigues entrenando.

—Así es, podría derrotar a esa pelirroja engreída cuando quiera, —dijo por Aisha.

—Lo dudo. Aisha es entrenada por Alek en persona, además de Eris, papá y yo mismo.

—Jaja, ya verás mañana.

—Sí como sea. Será mejor salir Norm . Cuando lo hicimos, papá y mamá estaban sentados en un sillón con sus nietos en brazos. Y me refiero a Sariel y Edward.

—Si mamá pudiera hablar, diría que son tus hijos y te golpearía —me dijo Norm.

—Ya me sacó la mierda hace un mes con el zapato, no la alientes más —le dije.

—Mientras en la habitación, Ariel hablaba con las chicas.

—Debes hablar con Nana, majestad.

—Lo sé. Lo haré hoy mismo después de la cena.

—Yo ya he hablado con ella, pero deberás hablar personalmente. Y sé sincera, porque si no lo eres, ella no te dejará estar con Rudy, y si ella se niega, No podremos aprobar tu relación con el.

—Entiendo.

—(….)

—¿Puedo preguntar algo?, dijo Ariel.

—Lo que quieras, majestad.

—¿Qué hay entre Aisha y el Dios del Norte?

—Shiiii, habla más despacio, pero entre nosotras ellos se están acostando. Son novios, pero nadie lo sabe aún, salvo nosotras, le dijo Silphy.

—¿En serio? Jajaja. ¿Y Rudy no lo sospecha ?

—No tiene idea. Rúdeus cree que él la entrena en espada, pero Aisha en realidad va a pasar algunas noches con Alek a la cabaña y Rudy no se da cuenta .

—¿Y Orsted no dice nada?

—A él no le importa, así como no le importa que tú te metas en la cama de Rudy.

—No estamos hablando de mí, Roxy. (…) Pero ¿por qué Aisha no lo dice?

—No lo sé, tal vez le da miedo la reacción de Rudy. Él aún no confía en Alek, dijo Silphy .

—Jajajajaja, debe excitarla más hacerlo a escondidas, dijo Ariel con una cara pícara .

—¿Así como usted lo hacía con Rúdeus sin que el lo supiera ? —le dijo Eris.

—¡Que no estamos hablando de mí!, dijo Ariel de mal humor .

—Jajaja, el otro día cuando regresábamos de Ars, Rudy sorprendió a Aisha saliendo despeinada de la habitación de Alek en la cabaña.

—¿Y no se dio cuenta?

—No, pensó que Aisha estaba haciendo el aseo, jajajajajaja. Pero, majestad, nadie debe saber esto, no le vayas a decir a Rudy.

—Claro que no, no soy una chismosa.

—Jaja, Aisha me contó el otro día, cuando sus padres golpearon a Rudy y este regresó tarde . Que se topó con el justo cuando estaba con Kalman, besándose en la entrada de la cocina. Tuvieron que saltar a los matorrales , y Rudy casi los descubre . Pensó que eran ladrones. Al final, Aisha debió salir de entre medio para que no los descubrieran y tuvo que decir que escucho ruidos y cuando abrió la puerta se cayó, mientras Alek estaba escondido, jajajaja Aisha debió devolverse a dormir y no pudo escaparse, jajajajajaja.

—Esperen, ¿por qué los padres golpearon a Rudy? preguntó Ariel.

—No nos contó, pero al parecer Zenith le dio con el zapato. Y fue el mismo día que tuviste a Sariel, así que imaginamos que fue por eso, alteza le dijo Eris .

—Pobrecito, hablaré con sus padres para aclarar esto.

—Si lo haces, Zenith sabrá que estás pensando, y sabrá que los hijos son de Rudy. Es más, ella ya debe saberlo. Debió leerte como un libro cuando entraste a esta habitación.

—Creo que mejor no les diré nada (…). Pero no por lo que piensan,conozco secretos de estado Asúra que nadie puede saber.

—Sí, claro —dijo Silphy, riendo. Momento en que entró Rúdeus con Sariel y Edward quienes se habían dormido .

—Majestad, la cena está lista, por favor, ven a sentarte con nosotros.

—Eeeeh, está bien, regreso de inmediato, chicas —les dijo Ariel, mientras Lilia entraba con la comida para Roxy y Eris.

Mientras salíamos, Silphy le decía a Ariel que debía hablar con Nana por alguna razón.

Cuando llegaron a comer, todos se sentaron en la mesa. Mientras Rudy, Silphy, Aisha, Norm y Nana ayudaban a servir los platos. En la casa Greyrat, al no tener sirvientes, todos ayudan.

Rúdeus se sentaba en la cabecera, junto con Nana y Silphy. Norm con Ruidjerd, Aisha con Alek, Ariel en la cabecera opuesta, y a su lado Alek, Elmore, Paul y Zenith, mientras Lilia se sentaba al lado de los niños mayores. Edward y Siegh estaban dormidos.

Esto era muy diferente a las cenas que acostumbraba Ariel, llena de sirvientes. Esto se sentía más como una familia, una familia en la cual extraoficialmente había sido aceptada, a excepción de una de las esposas de Rúdeus, que si bien no era abiertamente hostil hacia ella, podía notar que no la apreciaba.

Esta vez la cena era un típico estofado de carne Asurano y una deliciosa sopa que hizo Nanahoshi, que era la única comida japonesa que le gustaba a Rúdeus. Ya faltaban unos meses para el invierno y el clima se hacía frío.

De pronto, Ariel se dio cuenta que Zenith la miraba a los ojos, y se puso nerviosa. Sin embargo, la mujer solo le sonrió para luego mirar a su hijo.

—Carajo, de seguro vio cómo me sirvo a Rúdeus cada vez que puedo —pensó Ariel. —Uuuuf, no tiene caso hablar con ella, se dijo para sí misma.

—Esta sopa es deliciosa, lady Nanahoshi —le dijo Ariel tratándome hablar con ella.

—Sí, majestad. Es una comida de mi mundo. Rudy encontró los ingredientes en Bieheil durante la guerra, y hoy Norm y Ruidjerd nos trajeron más.

—Sí, es delicioso. Sabe como la comida de Bieheiril, pero más rica —dijo Kalman II.

—Me alegro que lo disfrute, Dios del Norte.

—Wuajajajaja, solo llámeme Alex. Después de todo, usted es la esposa de Reidar.

—Por cierto, Reidar —me dijo Alek. —Le pregunté a Orsted por el elfo oscuro, ¿recuerdas? Dijo que no es importante, él no es un apóstol. Sin embargo, si nos encontráramos, tuviéramos cuidado, usa magia de ilusiones muy poderosa.

—Tranquilo, si no es un apóstol no tengo nada en contra de él —le dije.

—Por cierto, lady Aisha —dijo Ariel. —¿No has pensado en casarte? Hay muchos nobles de Asúra que estarían felices de casarse con una mujer fuerte y hermosa como tú.

Esto último, obviamente, Ariel lo dijo con la intención de fastidiar. Esto le valió una seria mirada de Silphy.

Ariel miró a Alek, para ver su reacción, pero este no tenía expresión, solo sonrió.

—Con todo el respeto que le tengo, alteza, y no tome mal mis palabras, pero preferiría tirarme a un volcán con lava ardiente antes que casarme con un noble y pusilánime marica, le dijo Aisha .

—¡AISHA! No le digas eso a tu cuñada, perdón, perdón, quiero decir a Su Majestad —la regañó Paul.

—Jajaja, no la regañe, lord Paul. Puedo entender a lady Aisha. Creció en un hogar lleno de gente fuerte. Tus padres y tus hermanos son fuertes, y se casaron ambos con gente extraordinaria. Supongo que buscarás a alguien extraordinario también.

—Así es, alteza. Sin embargo, no ando con el vestido de novia en la cartera. Me casaré más adelante. Soy joven aún, y tengo muchas cosas por cumplir, no necesito casarme de inmediato con el hombre que amo, porque tengo la suficiente confianza en mi misma de que nadie me lo quitara —dijo, dándole una mirada a Norm, la cual masticaba el pan con los ojos inyectados en sangre mirando a su hermana.

—Jajajajaja, ya veo. Me alegro por eso, dijo Ariel con una malevola sonrisa .

—Por favor, alteza, deja de tratar de meter a Aisha en política. Ella es aún más reticente que yo con meterse en asuntos con nobles , le dije .

—Lo sé, pero casarse con un noble no siempre es por política, Rudy.

—Sí, es cierto , pero mis padres, Norm y yo, nos casamos por amor, y Aisha creo que quiere lo mismo, ¿no es así, hermana? —le dije.

—Así es, hermano —dijo Aisha sonriendo, mirando a Alek, el cual se hizo el tonto mientras comía.

—Y usted, lord Alek, no ha pensado en casarse, insistió Ariel .

—Eeeeh, este, yo la verdad, alteza, estoy más preocupado de, eeeh, las misiones y bueno, aprender cosas nuevas.

—¿Qué cosas nuevas?, Lord Aleksander.

—Este, eeeh, bueno, entender bien el camino del clito… Héroe, del héroe.

—¿Quién es Clito? —preguntó Norm.

—Eeeeh, bueno, Reidar me contó la historia de Alejandro, y uno de sus generales se llamaba Clito y era un héroe —dijo Alek, acorralado.

—Pero, Clito fue asesinado por Alejandro, Alek. ¿Estás seguro que entendiste la historia?, le dije.

—Sí, claro. Murió como héroe.

—Ya veo. Bueno, me alegra que te gustara la historia —dije.

—Sí, jeje, jeje (que buena salvada, pensó Alek) .

Ariel estaba muy alegre después de incomodar a todos, aunque Silphy le daba una mirada de reproche.

—Después de comer, yo fui a ver a las chicas. Y Silphy habló con Ariel en un rincón.

—Majestad, ¿por qué demonios empezaste a preguntarle esas cosas a Aisha y Alek ? Te dije que es un secreto.

—No dije nada comprometedor Silphy .

—Claro, y sugerir casarse a Aisha delante de Alek, ¿qué fue entonces?

—Fue una bromita, jejejeje.

—Por favor, majestad, no hagas eso, te lo pido.

—Bien, bien, nadie tiene sentido del humor estos días.

—Uuum, ya veo. Así que eso tienes en común con Rudy, su raro sentido del humor. Ahora que lo pienso, en ese mundo los amigos de Rudy y su familia también tenían ese humor negro. Tal vez por eso él se enamoró de ti, le recuerdas ese mundo.

—Por favor, Silphy, no digas eso. Si hay alguien a quien Rudy más ama, de todas nosotras, de seguro eres tú.

—Esto no es una competencia. Y si fuera por eso, Rudy ama más a Roxy. El Rúdeus del futuro se volvió loco cuando la matan.

—No lo sé, él se volvió un asesino cuando tú mueres en ese futuro Silphy .

—Mejor no hablemos de eso, majestad. Ese diario, si bien Rudy lo quemó en la tumba de sí mismo, bueno, este, me angustia de solo recordar lo que decía.

—Sí, te entiendo. Yo también muero en ese futuro, y después regreso y nos salvo ¿cómo no amarlo, no Silphy?

—Sí, bueno, ¿te vas a quedar acá?

—No, vine acá en secreto. Debo regresar. Sin embargo, vendré para el cumpleaños de Lara, y Silphy, recuerda nuestro acuerdo. Me faltan pocas semanas.

—Lo sé. Yo también quiero, pero será en nuestras casas y sin tus guardaespaldas, o al menos no fuera de la habitación no quiero que nos escuchen .

—Ya lo sé. Mejor me voy a despedir.

—No tan rápido. Debes hablar con Nanahoshi. Ve al despacho de Rúdeus. Yo haré que Nana vaya para que hablen.

—Uuuuf, está bien —dijo Ariel.

—Ariel fue al despacho de Rúdeus, donde tenía su guitarra, un montón de papeles escritos en castellano, inglés y japonés, que Ariel no entendía, además de su baculo Aquahartia, y varias dagas colgadas en las paredes. Ariel sacó la guitarra y trató de pasar sus dedos por las cuerdas, cuando Nanahoshi entró al despacho.

—La primera vez que hablé con Rudy fue cuando tocaba esta cosa por un callejón de la Sharia. Venían cantando en esa lengua extraña y me pareció alguien muy diferente a todas las personas que había conocido esa vez sentí algo en mi estómago cuando lo vi .

—De seguro pensaste que cantaba horrible ¿no? —dijo Nana.

—Jajaja, sí, también lo pensé. Desde ese día, yo siempre lo buscaba con la mirada.

— No me digas — dijo Nana, cruzándose de brazos.

— Yo nunca te he agradado, ¿cierto? Lady Nanahoshi.

— No. Siempre buscabas a la gente por tu beneficio personal. No sé cómo te enteraste de que Perugius era mi patrocinador y empezaste a tratar de reclutarme, y solo empezaste a buscar a Rudy cuando te enteraste de su poder.

— ¿Tan arpia crees que soy?

— Sí, lo creo. Y sé que esa sonrisa que tienes ahora es falsa. No tienes por qué engañarme, le dijo Nana.

— Tú y Rudy siempre tuvieron una relación cercana. Bueno, él era de tu mundo, es obvio que terminarían juntos, Nanahoshi.

— Claro que no. No pretendía enamorarme en este mundo, y menos de Rudy. Simplemente se dio.

— Conmigo fue igual, aunque no lo creas. Simplemente se dio. Yo no lo busqué. Realmente lo amo, es el amor de mi vida . ¿Es por eso que me odias?

— No, es porque lo drogaste, te metiste en su cama y te embarazaste de él sin su concentimiento.

— Ellos no son sus hijos, lady Nanahoshi .

— ¡Deja de mentir, maldita sea! ¡Deja de mentir! . Antes de ser novia de Rudy en la universidad, él me contó que se sentía atraído por ti, ni siquiera por Silphy. Bueno, el muy idiota en ese tiempo pensaba que era un hombre, bueno, en realidad todos lo pensábamos. De hecho, pensábamos que eras un elfo gay que estaba enamorado en secreto de Rudy.

— Jajaja, sí lo recuerdo. Eso fue gracioso. Así que ¿él se sentía atraído por mí? .

— Sí. De hecho, me dijo que si no hubieras sido la princesa te habría cortejado, pero no lo hizo por el odio que el sentía hacia los nobles. Y al final tenía razón, lo usaste para tus propios fines.

— ¡Yo no lo he usado! . Y No son sus hijos.

— ¡Eres una vil mentirosa!, mejor me voy no tengo nada que hablar contigo .

— ¡Espera! , debemos hablar y aclarar esto, le dijo Ariel .

— Escucha, las chicas lo saben y aun así les mientes. Si quieres que yo te perdone, me vas a decir la verdad, o voy a hacer que Rudy no te visite.

— No puedes hacer eso.

— Sí puedo. Si una de nosotras se opone a esto el resto no lo permitirá. Todas debemos estar de acuerdo. Ahora, si quieres que te acepte, me dirás la verdad, Ariel Anemoi Asúra .

—! Como te atreves! Soy la reina, no puedes ordenarme.

— No soy Asurana, no estamos en tu país y ni siquiera soy de este mundo. Tú no me das órdenes Ariel . Y créeme que entre tú y yo, Rudy me va a elegir a mí.

— ¿Cómo puedes estar tan segura de eso ?

— Pues si no me crees, es problema tuyo, pero me vasta con amanazarlo de irme a congelar con Perugius si se vuelve a encamar contigo y te juro que no lo tendrás más en tu vida . Con tu permiso me retiro .

—¡ Espera¡, te diré la verdad, por favor. cierra la puerta.

Nana la cerró con pestillo y se sentó en el sillón del escritorio como si ella fuera la jefa.

— ¿Cómo sé que lo que hablemos aquí no se lo dirás a Rudy o a las chicas?, dijo Ariel.

— No necesito decirles nada. Ellos saben que son hijos de Rudy. Yo solo quiero que seas sincera conmigo. Esta conversación solo será entre tú y yo, te lo juro por mi honor, ahora respondemé. ¿Tú amas a Rudy?

— Sí, lo amo más que a mi vida .

— ¿Te has acostado alguna vez con otro hombre?

— No, nunca. Solo con un montón de mujeres.

— Con razón le agradas a Silphy. Así que ¿Edward y la princesa Sariel son...?

— Sí, lo son, son sus hijos .

— ¿Y por qué lo ocultas?

— Varias razones. No quería destruir su matrimonio, pero no conte con que los niños tienen rasgos del padre. Pero lo más importante es por temas políticos y de sucesión, y porque los enemigos podrían atacarlos si saben que son hijos de Rúdeus . Y aún tengo algunos enemigos internos que, si bien están los rumores de la paternidad , de confirmarse podrían usar esto para sus propios intereses e intentar un golpe de estado.

— Eso no pasará. Orsted no lo permitirá. Él te necesita en el trono para matar al hombre dios y derrotar a Laplace, le dijo Nana .

— Eso dice él. Yo recibo información de enemigos internos a diario. No es fácil ser una reina.

— Lo imagino.

— Tú no entiendes este amor que siento. Jamás amé a nadie, solo a mi madre, pero no es lo mismo. Ahora tengo dos hijos, no los quiero lejos de su padre y no lo quiero lejos de mi .

— Sabes lo que odio de ti Ariel: que siempre haces esto de la manera incorrecta, nunca de frente, siempre con tus intrigas como una maldita cobarde.

— ¡Cállate! Yo tampoco quería acostarme con él ni engañar a Silphy, pero fue inevitable. Tú tampoco pudiste controlarte.

— No, pero fui sincera cuando lo hice.

— Tú y Rúdeus tienen una conexión diferente. Vienen de la misma cultura, y tú eres su lazo con su antiguo mundo.

— Jajajaja, para nada. Ya deberías saberlo, te metiste en su mente.

— Solo vi que la ciudad de Rudy y su vida ahí, nada más .

— No me refiero a eso. Él y yo somos de culturas distintas. Comemos otras cosas, nos gustan otras cosas. Él es más directo al hablar, más desinhibido, no le tiene miedo a hacer el ridículo. Mi país era mucho más desarrollado que el de Rudy, pero Rudy socialmente era mucho más extrovertido que yo. Él me salvó la vida. Si no lo hubiese conocido, probablemente habría terminado lanzándome de la torre más alta de la universidad. Él apareció y, si bien al principio lo odié por su forma de ser, poco a poco me fue atrayendo hasta que me enamoré de él. Y lo peor es que se me pegó su sentido del humor. Cuando regrese a mi mundo seré una persona muy diferente a la que se fue esa noche en que Paulo Murió . Sin embargo, es por él y esta familia que me mantengo cuerda y con la esperanza de regresar. Y ahí es donde entras tú, Ariel.

— Yo no pretendo entrar a esta familia.

— Pero ya lo hiciste, ya lo eres. Tal vez no vivas con nosotros, pero básicamente eres la quinta esposa. En mi mundo algo así habría sido motivo de divorcio, y soy la menos indicada para hablar, porque me revolqué con Rudy cuando ya tenía tres esposas. Jamás me habría imaginado algo así en mi mundo, sería algo escandaloso, pero aquí la verdad me da igual. Soy amada por esta familia (en especial por Silphy, pensé), y nadie nos mira raro cuando salimos a dar un paseo, bueno, excepto por esos idiotas Milis.

— Entonces, ¿cuál es tu problema conmigo Nanahoshi ?

— Ya te lo dije: tus métodos. ¿Qué pasa si vuelves a embarazarte de Rúdeus ? ¿Lo vas a drogar nuevamente para concebir?

— No. Si vuelvo a embarazarme, le diré que es de él, aunque nadie más pueda saberlo. Nadie puede saberlo, Nanahoshi, al menos hasta que Edward sea el rey.

Mis opositores podrían declarar que Edward no el El legítimo Heredero, al ser el hijo de un tipo que no es un noble, es estupido y no tiene sustento legal, pero Grabel podría decir algo así.

— Rudy u Orsted los asesinar Ian si eso pasa, no te preocupes.

No me agradas, Ariel. Antes te odiaba, sin embargo, ya no, pero aún así no me agradas.

— ¿Odias a mis hijos?

— Claro que no. Son de Rudy, ¿cómo podría odiarlos? Además, ¿qué culpa tienen ellos de tus actos?, dijo Nana, mientras Ariel guardaba silencio, se quedaron así varios segundos.

— Tal vez si hablamos más y compartes conmigo, tu opinión de mí cambie, le dijo Ariel .

— Tal vez, mientras solo hablemos y no me drogues para meterte en mi cama.

— Jajajaja, no lo haré, a menos que tú quieras — le dijo Ariel guiñando un ojo.

Nana no puso buena cara por esto.

— Entonces, ¿me vas a perdonar, Lady Nanahoshi?

— Uff, está bien. Te perdonaré y aceptaré que entres en la familia, y trataré de llevarme mejor contigo, pero esto no lo hago por ti, lo hago por tus hijos y mis hijos, ademas Orsted hablo de los destinos fuertes, y tu eres una de esos destinos de Rudy, eventualmente esto iba a pasar aunque no lo hubieses drogado, y eso es lo que más me molesta, hiciste algo que al final era innecesario.

— Se lo agradezco, Lady Nanahoshi — dijo Ariel haciéndole una reverencia.

Ariel se retiraba cuando Nana le habló:

— Eventualmente veré al hombre que amo morir, también a Eris y a ti. Cuando Rúdeus muera, yo me congelaré. No hagas nada estúpido, quiero pasar estos años feliz, con mi hombre, mis esposas y mis hijos en paz .

— No lo haré. No volveré a hacer nada sin que Rúdeus esté consciente. Lo juro por Asúra y el futuro de mi dinastía, y por favor que esta sea una conversación privada, Lady Nanahoshi.

— Lo será,no diré nada mientras vivas. No te preocupes — dijo Nana, que se quedó ahí sentada suspirando mientras Ariel cerraba la puerta . — ¿Cómo demonios Rudy tocará esto? — dijo Nana poniendo la guitarra en su lugar. — Mmm, faltan unos meses para Navidad, tal vez podríamos hacer algo lindo — pensó Nana con una sonrisa .

Mientras Ariel se despedía de las chicas.

—Bueno, ya es tarde y de seguro quieren descansar. Será mejor que me vaya —dijo Ariel, mirando a Lily y Christina. —Nos veremos pronto. Silphy, ¿vendrán a comprar los regalos de Lara?

—Sí, iremos en un par de semanas.

—Bien, te veré ahí. Los vemos pronto —dijo Ariel. —Rudy, ¿podrías pasarme a Sariel? —me dijo, mientras yo la tenía en mis brazos.

—Bien, adiós mi niña, te veré pronto —dije, besando su frente.

—Ya, la verás. Es cosa que te teletrasprtes al Palacio de Plata. Bien, cuídense, chicas. Nos vemos pronto. Rudy, acompáñanos por favor —me dijo, y así salimos a despedirnos de la familia. Mamá acariciaba a Edward y Sariel, lo mismo que papá y mis hermanas e hijos. Finalmente, con Silphy los acompañamos al sótano, donde Elmore y Alek ya se habían teletrasportado antes por órdenes de Ariel.

—Bien, Silphy, Rudy, los veré pronto y aclare todo con Nanahoshi y estamos en buenos términos . Adiós. Te amo, Rudy —dijo, besándome para luego entrar en el círculo y verla desaparecer.

—Uuuuf, pensé que mis padres me golpearían nuevamente —dije.

—¿Por qué piensas eso, Rudy?

—Vamos, amor, pensé que Ariel me daría un beso delante de todos.

—Será mejor subir, amor.

Cuando abrí la puerta del sótano, fui recibido por los golpes de zapato de mamá.

—Aucht , mamá, ya basta —le dije, mientras papá, Ruidjerd y Norm trataban de calmarla.

Una vez me la quitaron de encima, papá se despidió.

—Uuf, bien. Fue un día agitado. Estoy feliz por ti, hijo. Descansen. Norm y Ruidjerd se quedarán con nosotros —dijo Paul antes de irse.

—Te veo mañana, viejo.

Esa noche, Silphy y Nana se quedaron con los niños, mientras yo me quedé con Roxy y Eris durmiendo en un sillón , cuidando a los bebés, cambiándoles pañales y haciéndolas dormir para dejar que las chicas descanzaran .

Mientras en la casa de Paul, Norm hablaba con Ruidjerd.

—Tengamos sexo, Ruidjerd.

—No, estamos en casa de tu padre, podrían escucharnos.

—Uuf, qué aguafiestas eres. Así es más excitante.

—No, podrían escuchar. No quiero.

—No sabía que a tu edad eras vergonzoso, Ruidjerd. En fin, fue un largo día. Uuuuf, mi hermano es un desvergonzado. ¡Ocho hijos! ¿Puedes creerlo, Ruidjerd? Ruidjerd, ¿estás bien? ¿Qué te pasa? ¿Viene algún enemigo? —dijo Norm al ver la cara del Superd.

—No, siento que Aisha está cerca, está en la calle.

—Habrá pasado algo.

—No, espera, no es nada malo. Mejor durmamos, dijo Ruidjerd al darse cuenta de algo .

—¿Por qué no? Y si pasa algo, miraré por la ventana —dijo Norm, cuando miró vio a Aisha pasando corriendo por la calle con Alek de la mano mientras trataba de taparse el rostro . Mientras daban vuelta a la calle vio cómo se abrazaban y se besaban.

—Jajajajaja, creo que ya sé tu sucio secreto. Maldita pelirroja sabelotodo —dijo Norm con una sonrisa de villana.