Fuegos artificiales de primeras veces

Una vez que la euforia causada por las ráfagas de energía disminuyó, Talia se hizo consciente de su entorno.

Estaba parada en medio de un diagrama dibujado en la hierba por medios mágicos, con Damon sosteniéndola. Sus amigos los rodeaban, y todo estaba tan tranquilo que Talia encontraba su propia respiración ruidosa.

Las emociones de Talia fluctuaban por segundos.

Alegría. Ansiedad. Orgullo. Añoranza. Culpa. Y todo estaba envuelto en la capa de tristeza que no podía quitarse de encima.

Talia se sintió abrumada cuando encontró a su padre en la mazmorra debajo del castillo de los Guardianes, y estaba feliz de verlo mejorar, y esperaba, realmente esperaba, que pudieran compensar el tiempo perdido.