Bebés en todas partes

Maddox estaba perdiendo la paciencia. —¿Cuánto tiempo más debemos esperar por Damon y Talia?

Maddox y Tatiana estaban en la sala de estar con Maya, Caden y Ethan, quien dormía en el cochecito.

Alfa y Luna de la manada del Río Azul mostraron cortesía al venir a conocer a Violeta, a pesar de que Damon y Talia aún no habían venido a visitar a Ethan. Llevaban esperando más de una hora. Caden y Maya les ofrecieron una habitación de invitados para relajarse mientras esperaban, pero Maddox se negó. Vinieron de visita, no a una pijamada.

Caden sonrió incómodamente. —Estaban a punto de bajar, pero entonces Violeta necesitaba ser alimentada.

—¿Cuánto dura una alimentación? —bufó Maddox. Algo no parecía correcto.

—No lo sabemos —dijo Maya—. Lo que pasa es que desde que Damon y Talia regresaron de su luna de miel con un niño, aparte de las visitas al médico, no salen de su habitación. ¡Ya ha pasado más de una semana!

Tatiana estaba preocupada. —¿Hay algo malo con Talia o Violeta?