Violeta miró a su madre con entusiasmo. —Puedes sentir las energías mejor que nadie.
Talia no estaba segura de a dónde quería llegar Violeta con eso. —¿Y?
—¿Puedes sentir el vínculo de pareja entre otros?
—Puedo.
—¿Sientes el mío?
Talia no quería mentir. Eso era algo que nunca hacía. —Lo siento.
Los ojos de Violeta se abrieron de expectativa. —¿Quién es?
—¿Realmente quieres saber?
—¡Sí! —respondió Violeta sin perder el ritmo.
—Piénsalo, Vi. ¿Y si él no lo siente?
Los ojos de Violeta se abrieron más. —¿Mi pareja no puede sentir el vínculo? ¿Eso significa que también es menor de edad?
Talia levantó la mano. —Eso no es lo que dije.
—¿Qué dijiste?
—Si tu pareja puede sentir el vínculo, decidió no decírtelo. Si no puede sentir el vínculo, significa que no está listo. Piénsalo, Vi. ¿Cómo será tu vida en los próximos cinco años, sabiendo y viéndolo con otras hembras?