Ashton y Violeta terminaron de arreglar todo después de una enésima sesión carnal alucinante y Violeta pensó que comerían algo o irían a por otra ronda, pero entonces él se puso serio y le dijo que se vistiera. Él preparó una mochila con un cambio de ropa para ambos.
—¿A dónde vamos? —preguntó Violeta mientras seguía a Ashton con esfuerzo a través del bosque que se hacía más denso a cada paso.
Ashton no se apresuraba. Observaba, midiendo en silencio, obviamente en alerta.
Violeta usó el viento para percibir su entorno, pero no encontró nada inusual. Sin embargo, Ashton estaba tenso y eso la preocupaba.
—¿Ash? Háblame. ¿Qué está pasando? ¿Son canallas? ¿Están nuestras manadas en peligro? —preguntó ella.
Ashton la miró antes de entrecerrar los ojos hacia la distancia. —Es tu padre —dijo finalmente.