Arriesgándolo Todo

—¿Querías hablar conmigo?

Ashton se levantó de un salto. Estaba sentado en una roca frente a la casa de James, esperando a Talia, esperando que ella emergiera del bosque, pero ella simplemente apareció a su lado, sin hacer ruido y él no la percibió en absoluto.

Talia sonrió. —Lo siento. ¿Te asusté?

—No, no. Está bien. No había forma de que lo admitiera, aunque era obvio.

—¿Qué sucede, Ash?

—Necesito tu ayuda —Su corazón saltó a su garganta, y le resultaba difícil hablar—. Escuché que Evanora está a cargo de experimentos con híbridos. Quiero participar.

—Admiro tu entusiasmo, pero no creo que tus habilidades sean adecuadas para el tipo de trabajo que ella está realizando.

—No quiero ser su asistente. Quiero que ella... me convierta en un híbrido. Si es posible.

Los ojos de Talia se agrandaron. —¿Quieres convertirte en un híbrido?

—Sí.

—¿Y por qué me llamaste? ¿Quieres que te haga entrar en razón?

Negó con la cabeza. —Ya lo tengo decidido. Necesito hacerlo.