Lu Heting acarició su delicado brazo. La muñeca de Su Bei se sentía ligeramente fría. Ya le había puesto una pulsera.
—Lleva esta en el futuro —susurró Lu Heting en su oído.
Su Bei no pudo evitar sonreír. El brazalete de jade que le dio Lu Heting era muy transparente. Incluso era mejor que el que le había dado la Señora Lu.
La calidad y la mano de obra eran superiores.
Lu Heting explicó suavemente:
—Pensé que la pulsera de Mamá era única y adecuada para ti, pero no esperaba que otros tuvieran la misma.
Lo último que quería eran los sentimientos a medias de Lu Yaode, así como algo que simbolizara la decepción contra su madre y la adulación a una amante.
Una pulsera así ya no era un símbolo de cariño. Era puramente algo que debería haberse descartado hace mucho tiempo.
Su Bei entendió lo que él quería decir y aceptó la pulsera con una sonrisa.
Podía guardar el regalo de Han Qingwan y llevar esta nueva pulsera que acababa de recibir.
…