Despreciable sin parangón

—Tang Xinru dijo impotente —Ya le han fotografiado y él no lo negó. En cualquier caso, no es una decisión sabia que estés a su lado. En las dos primeras posibilidades, es un desgraciado sin igual. En la tercera, solo me preocupa que te vuelvas a obsesionar con él.

—Tang Xinru había visto a Lu Heting antes.

—Había visto sus métodos y habilidades antes.

—Además, también había visto los ojos de Su Bei cada vez que lo miraba. Había admiración y amor profundo en sus ojos.

—Era innegable que ese hombre era muy destacado, pero no importa cuán excepcional sea la capacidad laboral de un hombre, seguía siendo inapropiado para Su Bei. Su naturaleza de desgraciado incluso podía herir a las personas.

—Cuanto mejor era, más doloroso era.

—Tang Xinru dijo preocupada —¿Dónde estás? ¿Por qué no hablamos en persona?

—Su Bei aceptó inmediatamente —Entonces tú decide un lugar primero. Estaré ahí enseguida.

—Tang Xinru suspiró aliviada cuando escuchó que Su Bei había aceptado el encuentro.