Valle de Piedra Caliza, hace unos días
En una noche tranquila, los sonidos eróticos del acto amoroso se escuchaban dentro de una habitación.
El apuesto Víctor se cernía sobre la hermosa mujer, moviendo con pasión sus caderas. Juni envolvió sus suaves brazos alrededor de él para estabilizarse, con la boca entreabierta mientras de sus labios escapaban gemidos sensuales.
Se movía más y más rápido a medida que alcanzaba su clímax, ambos jadeando mientras culminaban, sintiéndose el uno al otro de la manera más íntima posible.
Después de su acto amoroso, Víctor atrajo a Juni para que descansara sobre él, envolviendo con sus fuertes brazos su flexible cintura.
Ella cerró los ojos y respiró profundamente, sintiendo el confort de su hombre.
Mañana partirían hacia Alterra y sentía una mezcla de pesadez y emoción.
Sin embargo, también había algunas cosas que le preocupaban. En esto, giró la cabeza para mirar a Víctor, quien la miraba cálidamente.