Caín se estremeció y apretó sus dientes, pero su arrogancia aún fluía al verla allí. No sabía cómo lo habían encontrado tan rápido, pero eso ya no importaba.
Lo que necesitaba hacer era sobrevivir, y resultaba que la mujer emocional podía ser justo lo que necesitaba.
Sus ojos se desplazaron hacia las personas que lo rodeaban. Allí estaba el hombre con un solo brazo reteniendo a ese mocoso. Ah, ahora que lo pensaba, le resultaba familiar...
A su lado había otro soldado—podía notarlo por su postura—y luego, junto a él, un joven pálido con su arco y flecha, apuntándole.
Era ese mocoso que intentaba atacarlo en el bosque hace unos días, aparentemente el sobrino de una de sus mujeres.
Con al menos tres personas deseando su muerte, se preguntaba qué podría decir para conservar su vida.