La pequeña niña que una vez fue débil, ahora se había convertido en una hermosa mujer.
—¡Tercera... Tercera Señorita! —La expresión de Flor de Durazno cambió en el momento en que Shenlian Yingyue dirigió su mirada hacia ella. Sus ojos esperanzados se atenuaron, reemplazados por un frío gélido que enviaba escalofríos hasta los huesos, cargado de una intención asesina.
Recuerdos dolorosos del pasado aparecieron ante sus ojos, junto con el tormento que había soportado. Los ojos de Flor de Durazno se volvieron rojos, pero ella apretó los puños con fuerza, tratando de suprimir la agitación en su interior.
Su arma contratada, la Cadena Pesadilla, percibía su sed de sangre. Se agitaba inquieta, radiando una energía carmesí, ansiosa de salir de su manga y quitarle la vida a Shenlian Yingyue.
El rostro de Shenlian Yingyue se endureció; ahora se presentaba como la Tercera Señorita de la familia Huang. Con su cabello negro y ojos oscuros, lamentaba haberse quitado la capa y la máscara.