—De todas formas, gracias de nuevo. Si no me hubieras dicho que mi padre estaba en el barco, habría perdido la oportunidad de reunirme con él —el tono de Huang Bai Xing era rígido. Cuando se giró, se había transformado en un hombre. Su tono no era tan frío como antes, pero aún llevaba un ligero escalofrío debido a su estado de ánimo.
El sol se ponía en el horizonte, el resplandor anaranjado daba paso a la noche. El cielo oscuro se iluminaba con estrellas titilantes.
Huang Bai Xing no se dio cuenta de que había pasado de 'ella' a 'él', así que no vio que su túnica se había rasgado cuando cambió a forma masculina. Su figura era fuerte, y los músculos de sus brazos, pecho y hombros estaban bellamente tonificados. Su piel era suave e impecable, parecida a la nieve más fina bajo la luz de la luna.