Cuando Di Xiuyu y Xiao Meng, quienes estaban involucradas en su acalorada disputa, activaron inadvertidamente un mecanismo dentro de la sala del trono, una multitud de artefactos antiguos emergió ante ellas.
El mismo instante en que estos tesoros se manifestaron, las Ruinas del Trono Abismal temblaron, atrayendo la atención de todos los habitantes del Reino Demoníaco. Acudieron a la entrada, ansiosos por descubrir quién se apoderaría de los tesoros ocultos dentro.
Xiao Meng estaba consumida por la avaricia, su cordura desvaneciéndose, pero en el fondo, era consciente de las graves repercusiones de intentar reclamar estos artefactos.
En cambio, Di Xiuyu mantuvo una compostura serena ante el atractivo de los tesoros. Consultó con el sistema sobre los peligros inherentes, permitiéndole escanear el entorno en busca de amenazas.