Observar a Shenlian Yingyue golpear brutalmente a incontables monstruos demoníacos y aún así abstenerse de quitarles la vida hizo que sus labios temblaran. Nunca había encontrado a alguien que pudiera mostrar misericordia hacia aquellos que intentaban matarla.
Estos monstruos demoníacos actuaban por instinto, encarnando la crueldad y la sed de sangre. Buscaban eliminar a cualquiera que se atreviera a invadir su territorio.
Sin embargo, bajo el implacable ataque de Shenlian Yingyue y sus aliados, estas criaturas viciosas de repente mostraron una docilidad inesperada.
Shen Anshuang siempre había luchado con su identidad. ¿Cómo podría mostrar compasión hacia aquellos que querían verla muerta? Pero con el tiempo, descubrió la profunda razón detrás de la inusual perspectiva de Shenlian Yingyue, dejándola sin palabras.