—Él es un lunático —fueron alrededor de las tres de la noche y estas fueron las primeras palabras que salieron de la boca de Esong cuando tomó control de su cuerpo de nuevo. Nyx se había ido a dormir como había planeado después de una conversación con Escarlata y había prometido que se despertaría en un año, como máximo. No volverían a tener noticias de él pronto y cualquier asunto pendiente que tuviera, Esong se encargaría de él.
—Estoy viviendo con un lunático dentro de mí —repitió.
Tocó la mejilla de Escarlata y esperó escuchar su respuesta. Ella simplemente bostezó y estiró los brazos. No podía negar la locura de Nyx.
—Y tú no eres mejor que él, ¡sexo en el cielo! Te has vuelto temeraria, esposa mía. Admitiré que todo fue divertido pero fue una locura —A pesar de que Nyx había cometido el acto, él había sentido cada sensación ya que compartían el cuerpo. Había disfrutado de la nueva experiencia y no tenía dudas de que la repetirían, pero aún estaba en shock.