—Esa mujer simplemente ha perdido la cabeza —Shao Hui maldecía a Chen Han en su mente. Cuando eran jóvenes, esa mujer había elegido creerle a Jiang Zu en lugar de a él.
Shao Hui ciertamente tenía quejas al respecto pero a medida que crecieron él aceptó la decisión de Chen Han y siguió adelante con su vida. No importaba si ella creía y confiaba en Jiang Zu.
Para él, el asunto había terminado hace once años.
Pero de repente, ahora que estaba casado y todo había quedado resuelto y enterrado en el polvo, Chen Han de repente quería empezar de nuevo.
¡Y no como amigos sino como amantes! De hecho, le había pedido que se divorciara de Mo Qiang y se casara con ella.
Por supuesto, en respuesta a sus atroces e irracionales demandas, Shao Hui la había abofeteado con el mismísimo ramo de rosas que ella había traído, pero Chen Han estaba demostrando ser implacable.