El día de la muerte de Hera, la mayoría de los Segadores se reunieron en la instalación privada donde Hera había sido admitida. Deborah podía recordar cuán peligrosa era la atmósfera en la instalación en ese momento. Los Segadores ocupaban todo el piso; algunos lloraban en silencio, mientras otros montaban grandes escenas.
Deborah recordaba a unos cuantos amenazando a los doctores. Pero, por desgracia, al final, ninguno de ellos pudo cambiar la decisión de su jefa.
Hera Cruel decidió morir a través de una muerte piadosa. No quería quedarse más tiempo, pensando que ya había resuelto todo. Ella disolvió a los Segadores y se libró de cualquier autoridad que pesara sobre las espaldas de su gente. Para Hera, no ser una carga para su pueblo era lo correcto.
Pero para Deborah, esa fue la cosa más estúpida que había hecho. Esta decisión llevó a que Dragón aprovechara la vulnerabilidad de Hera y resultara en la muerte de Junio.