Los Segadores la enterrarán por nosotros.

—Estás loca —una mujer morena cruzó sus brazos bajo su pecho, mirando a la mujer a través del cristal transparente. Los doctores rodeaban a Hera con cables conectados a su cabeza, llevando a cabo el experimento que ordenara Dragón.

—Está hablando de recuperar sus memorias —explicó Dragón sin apartar sus ojos de Hera, que yacía en la cama—. Yo solo me aseguro de que sus ondas cerebrales funcionen perfectamente bien.

La morena le lanzó una mirada simple. —Eres guapo y tienes mucho dinero. Es una pena que estés loco.

—Já —soltó una breve carcajada mientras miraba lentamente a la mujer—. Necesitaba la certeza, Deb. La conoces. Nos matará a todos si resulta que solo está fingiendo.

—No necesita actuar. Te matará a ti —la mujer a la que llamaba Deb corrigió. Apartó la vista y sus ojos se posaron en los monitores cerca de la cama de Hera—. Entonces, ¿estás intentando borrarle las memorias de nuevo?

—Está en el plan —dijo él—. Pero aún están revisando sus ondas cerebrales.