—Me siento culpable —pensó con un suspiro superficial, frunciendo el ceño, cuando escuchó un leve golpe en la puerta.
Cielo giró la cabeza un poco, solo para ver a Dominic apoyado en el marco de la puerta. Tenía los brazos cruzados bajo su pecho, los ojos en ella, con una sonisra en su rostro.
—Solo venía a ver si se había dormido —comentó Dominic en voz baja—. Estaba un poco preocupado de que te pidiera dormir con él de nuevo.
—Shh —Ella apartó la mirada de él y posó su par de ojos afectuosos en su hijo—. Sentí que hemos estado demasiado ocupados y que estamos descuidando a nuestros hijos.
—Estamos haciendo lo mejor que podemos.