[Te perdoné en aquel entonces. Puedes compensar ese error cuidando de ella. Sin embargo, si le haces daño de nuevo, ten por seguro que aborrecerás a tus padres por haberte traído a este mundo y, en esta vida, en la que estoy yo.]
Las palabras de despedida de Dragón a Deborah permanecían en su mente incluso después de que él se hubiera ido. Ella lo siguió discretamente, solo para presenciar a Hera y Dragón disfrutando de una cena romántica en el jardín. Mientras Deborah se encontraba en la esquina oscura del jardín, no podía evitar recordar sus palabras de aquella vez.
—No necesito hacerle daño de nuevo para despreciarme por haberte dejado entrar en mi vida —murmuró para sí misma, sus ojos centelleaban con malicia—. Debí haber sabido que estaba firmando mi alma al diablo.