—Quiero amarte, Frank. Tanto como tú me amas a mí, o tal vez más que eso. Así que, no me pidas solamente recuperarme. No es suficiente. Deberías exigir más, ¿lo harás? —Por un momento, Dragón solo pudo mirar a Hera atónito.
Solo un segundo atrás, él asumía que ella le pediría que la dejara ir por cualquier razón de mártir que tuviera en mente. Pero vaya, no esperaba oír todas estas palabras de ella.
Estaba en su plan hacerla suya, hacer que hiciera todo lo que él quería. Su plan se extendía hasta el punto en que ella ladraría si se lo pedía o lamería sus zapatos sin hacer preguntas. Todo lo que necesitaba era pedir, y ella lo haría, justo como lo que él estaba dispuesto a hacer por ella en el pasado. Debería haber sabido que después de años de arduo trabajo, esta situación era inevitable.
¿Pero por qué estaba, por primera vez en mucho tiempo, sin palabras después de escuchar su corazón?