Exige más

No era que Dragón no entendiera a Hera aquella noche cuando le pidió su mano en matrimonio. Hera cargaba con una pesada carga en sus hombros, y la idea de matrimonio estaba fuera de discusión. Una parte de su corazón ya sabía que ella rechazaría su propuesta, pero como él afirmaba, estaba cansado de simplemente estar detrás de ella.

Sus sentimientos por ella eran genuinos, aunque no estaba seguro de cómo categorizarlos. ¿Era amor? Ciertamente no era una simple infatuación. Dragón quizá no sabía exactamente lo que su corazón deseaba en aquel momento, pero sabía que esos sentimientos inexplicables por ella continuarían creciendo.

Y tenía razón. Esos sentimientos crecieron, y sus invasivas enredaderas se enroscaron alrededor de su corazón en descomposición. Su mente contemplaba diferentes y perturbadoras formas de hacerla suya. Y esto llevó a la situación en el tiempo presente.

[TIEMPO PRESENTE]