Primo quería matarlo: el hombre que se llevó la vida de los inocentes Marra, Alexa y Martín. Lo había planeado. Consumido por la ira, cada golpe y patada suya tenía la intención de matar al señor John. Sin embargo, como dicen, las personas malas no mueren fácilmente.
La ayuda llegó poco después de que Primo descubriera al señor John haciendo lo indecible con Marra. Apenas podía recordar los eventos posteriores, pero sí recordaba haber sido reducido al suelo mientras luchaba por alcanzar al ya moribundo señor John. Antes de quedar inconsciente, los ojos de Primo se desviaron hacia Marra en la ducha.
—Marra... —susurró, su cuerpo volviéndose pesado mientras una gruesa capa de lágrimas cubría sus ojos.— Ma... rra...