Tú y yo

Más personas llegaban a la mansión cada cinco minutos. Algunos llegaban en helicóptero, otros en coche. Incluso había quienes venían a pie. La mayoría se conocía entre sí, pero había algunas caras nuevas. Caras que nunca habían visto antes excepto Hera. Afortunadamente, Hera les proporcionó un sistema para facilitar el proceso. Desde que un enemigo logró colarse en medio de la situación, la seguridad se intensificó.

Hera observaba todo desde la ventana, sentada en el amplio alféizar que proporcionaba suficiente espacio para que una persona se sentara. Tigre, por otro lado, se sentaba en la silla cerca de su lugar, limpiando la sangre de sus manos.

—Hablé con Princesa —dijo, rompiendo el prolongado silencio entre ellos—. Me dijo que los niños están bien. Dominic aumentó más la seguridad a su alrededor y Basti también sabía que la noticia era falsa.