Balire y Chelsea

Llevando a Chelsea al cuarto donde habían mantenido a Balire, Shiro desató las cuerdas y se hizo a un lado. Naturalmente, retiró la bala una vez más para que ella pudiera realmente recobrar la conciencia.

Mirando a Balire, que estaba sentada en la silla, Chelsea la miró con sorpresa y alivio.

Mordiéndose el labio, abrazó a Balire, lo que la hizo despertar.

—Mn… —gruñendo suavemente, miró hacia abajo y vio a Chelsea abrazándola.

Agrandando los ojos, apretó los dientes y la empujó lejos.

—No me toques —escupió mientras obligaba a Chelsea a retroceder unos pasos.

—¿Quieres que me quede o debo irme para que ustedes dos puedan tener un poco de privacidad? —preguntó Shiro, pero parece que Chelsea no le prestó atención.

Encogiéndose de hombros, se mantuvo en silencio y se acomodó cómoda en la esquina.

—Hace unos años, juro que te vi, a mamá, a papá y a todos los demás ser asesinados frente a mis ojos. ¿Cómo estás viva? —preguntó Chelsea con una voz temblorosa.