Cambiándose al atuendo que Aarim le había regalado por su cumpleaños, Shiro se miraba en el espejo.
Llevaba una sudadera negra grande, unos pantalones cortos, medias negras y botas.
Mirando las mangas que le escondían las manos, Shiro no pudo evitar apreciar lo cómoda que se sentía.
Moviendo sus manos alrededor por un momento, soltó una risita ante las mangas que eran demasiado grandes para su tamaño.
—Mira cómo actúas como una niña. ¿Te gustan las mangas grandes? —bromeó Nimue mientras Shiro rodaba los ojos.
—Calla. Si tuvieras algo similar, apuesto a que harías lo mismo —respondió Shiro mientras Nimue se encogía de hombros.
—Quién sabe. Tal vez lo haga, tal vez no —Nimue reflexionó.
Flexionando sus dedos, Shiro creó el mismo atuendo con nanobots y se lo entregó a Nimue.
—Bueno, no es necesario que te lo preguntes —Shiro sonrió mientras Nimue permanecía en silencio.
Mirando el atuendo y luego de vuelta a Shiro, Nimue suspiró y lo tomó.