—¿Viste la puerta? —preguntó uno de los soldados.
—Sí. Tenía una huella de pierna en ella —respondió otro.
—Para lograrlo, se aplicó mucha fuerza. Es increíble —comentó otro más.
—Como se esperaba de nuestro Coronel Long. Él es tan fuerte —afirmó uno.
—No. No fue él —interrumpió otro.
—¿Qué dices? Si no fue él, ¿entonces quién? —preguntó sorprendido el primero.
—Según el sobreviviente, fue una mujer. Para ser exactos, fue la novia del Coronel Long —explicó el otro.
—¿Qué? Eso es imposible —exclamó uno de ellos.
—Eso no es imposible. Debe ser cierto. Si no, ¿cómo podría el Coronel Long interesarse por una chica normal? —argumentó otro.
—¡Mierda! Eso es una locura. Incluso los hombres no tienen ese tipo de fuerza —exclamó otro asombrado.
—¡Coronel Long! —gritó uno de los soldados, saludando a Long Hui.
Los demás siguieron su ejemplo —respondió Long Hui devolviendo el saludo.
—¿Dónde está el Capitán Mayor Yuan? —preguntó Long Hui.