—Yu Qi, bienvenida a casa —dijo Ming Yue cuando Yu Qi llegó a casa.
—Estoy en casa —Yu Qi asintió. Era muy bueno volver a casa.
—Tú también has venido —Ming Yue se volvió hacia Long Hui.
—Tía Ming Yue —Long Hui saludó a Ming Yue.
—¿Ya has arreglado tu trabajo en la Ciudad Capital? —preguntó Ming Yue a Yu Qi.
—Sí. Ya está arreglado —Yu Qi asintió.
—Entonces, puedes concentrarte en tu fiesta de compromiso —Ming Yue aplaudió—. Solo queda una semana. Podemos empezar a decorar el lugar. Como es tu fiesta de compromiso, puedes echarle un vistazo. Si no estás satisfecha con el lugar, podemos diseñarlo de nuevo.
—Está bien —Yu Qi sonrió mirando a Long Hui.
—Hmm... Creo que me voy a ir ahora —Long Hui miró su reloj.
—¿Ya te vas? Podrías quedarte a cenar —dijo Ming Yue.
—Tal vez la próxima vez. Necesito volver lo antes posible —Long Hui rechazó educadamente la invitación.