De Pie En Un Borde (Ch.746)

La mirada de Asrig era buscadora, tratando de encontrar una respuesta en los ojos de Neveah que ella no tenía. Su mirada era inquietante y Neveah mantenía su mirada con dificultad, sin querer ceder ni siquiera a las perturbadoras invenciones de su mente sobre él. El hedor a descomposición se estaba haciendo difícil de ignorar, y Neveah todavía no podía decir de dónde provenía.

—¿Crees en el destino, niña? —preguntó Asrig cuando Neveah permaneció en silencio—. ¿En un guion de los cielos dictando tu vida?

Neveah vaciló. —Yo... —La respuesta a la pregunta no era fácilmente decidida. Neveah había renunciado hace tiempo al destino, o a la creencia de que algo más que ella misma tuviera responsabilidad sobre su vida. Había comprendido, en las cientos de veces que suplicó al creador por misericordia, que nadie, y nada vendría a salvarla.

Eso fue hasta que ellos llegaron...