Lo Que Se Necesita (Cap. 753)

—El agua en el lavabo corría roja.

Las manos de Neveah temblaban mientras las fregaba furiosamente bajo el chorro, pero la sangre simplemente no desaparecía. Se adhería a las líneas de su palma, debajo de sus uñas y estaba enterrada en los pliegues de sus dedos como si se hubiera fusionado con su propio ser.

Ya se había lavado las manos hasta dejarlas en carne viva, pero aún podía sentirlo... la sangre, pegajosa... cálida... fresca.

Y sus manos no eran lo único cubierto de sangre. Al levantar la cabeza, Neveah se quedó mirando su reflejo en el espejo. La imagen que le devolvía la mirada era la de una completa desconocida... un fantasma de lo que ella se conocía ser. Sus ojos, siempre tan fieros, estaban vacíos, como si todavía estuviera atrapada en ese momento.

Su piel estaba aún más pálida de lo normal, sus pestañas húmedas con la evidencia de lo que se negaba a reconocer. Una mancha roja teñía el lado de su mandíbula... más sangre, la sangre de Adrienne.