El aire se tornó fino y ondas flotaban en el aire, apareciendo y desapareciendo de vista, mientras la magia tejía sus tentáculos a través de la atmósfera. Poco después, un portal giratorio rugió con vida, pulsando con energía mágica.
Duró solo un momento antes de que la grieta en el espacio se sellara. Con los secuestros volviéndose demasiado comunes, los portales eran una empresa arriesgada en la fortaleza en tiempos recientes.
—Vine tan pronto como recibí tu mensaje. Y las coordenadas... —dijo Garron, saliendo del portal.
Sus ojos estaban entrecerrados y su expresión mostraba desagrado mientras sacudía su abrigo, como si ese simple acto pudiera quitar los residuos del viaje por el portal de su ropa. Dándose por vencido con esa idea, inclinó su cabeza en una reverencia, su mirada alternando entre Menarx y Kirgan.