Cuando Erebus había masacrado sin piedad a cada uno de ellos, esa parte entera del bosque quedó cubierta de sangre por todas partes, el hedor a sangre espeso en el aire.
Mientras tanto, un mago que había logrado ocultarse era consciente de que no podría escapar. Su mirada seguía a Seren, quien estaba de pie sola, sus ojos fijos en Erebus. Sin pensarlo mucho, el mago avanzó hacia Seren, usando su magia para un movimiento rápido y más veloz para acercarse a ella. —Si no puedo llevármela conmigo, entonces es mejor que muera.
Yorian y Slayer fueron alertados por esto, e incluso Seren sintió una energía maligna acercándose a ella. Sus ojos captaron la visión del mago, listo para desatar magia oscura sobre ella, su bastón apuntado hacia ella.
—¡Corte!
—Ughh...