¿Sueño o Realidad?

Drayce permaneció inmóvil en su lugar, mirando a su esposa mientras ella derramaba todas sus emociones. Había ansiado verla, y ahora, mientras ella estaba frente a él quitándose el velo, se encontró inseguro de qué hacer. Su confesión lo dejó helado. Él le había confesado su amor innumerables veces a través de palabras y acciones, pero ninguna de sus declaraciones se comparó con la de ella.

El hombre que había sido forjado como el hierro a través de incontables pruebas, el hombre que no podía ser sacudido por nada, ahora estaba sacudido hasta la médula por sus palabras. Era como si su confesión fuera el único arma lo suficientemente poderosa para afectarlo.

Él podía ver claramente que lo que ella sentía era amor verdadero, no gratitud, y no era por la marca de flor en su frente. Su corazón verdaderamente se había enamorado de él.