—Todos sabemos que la anterior Deidad de la Tierra cometió el crimen de regresar al reino humano después de que su juicio como humana terminara. No solo regresó, sino que también se enamoró del mismo humano y tuvo un hijo con él. Según las reglas celestiales, tal deidad es castigada siendo arrojada a la nada, pero el Señor Supremo le perdonó la vida, simplemente despojándola de su título, sus poderes divinos y enviándola al reino humano. Se suponía que su hijo pereciera en su lugar, ya que no se permite la existencia de tal hijo. Con el Señor Supremo en reclusión para recuperarse del daño causado por el Fuego Infernal, como Reina de este reino, se me entregó a ella para su castigo. Pero... —Isis suspiró impotente, deteniéndose un momento.
—¿Qué ocurrió? —preguntó una de las deidades.