Drayce y Seren se refrescaron, comieron y descansaron un rato para que Seren pudiera recuperarse del agotador viaje.
—No vi a mi madre —mencionó Seren a Drayce.
—Estoy seguro de que está cerca, solo duda en enfrentarte —la consoló él.
—No es que vaya a cuestionar algo. Solo esperaba verla —dijo ella, apoyando su cabeza en su hombro—. A veces siento envidia cuando te veo con tu madre. Ambas madres nos dejaron, entonces ¿por qué la mía no puede ser como la tuya y estar conmigo?
—Mi madre me dejó cuando tenía cinco años, pero tengo buenos recuerdos de ella. De alguna manera, esos recuerdos nos mantuvieron conectados incluso cuando estábamos separados. Pero no es lo mismo para ustedes dos. Puede que tome tiempo, pero creo que todo se solucionará entre ustedes. Esta tarde, vamos al Clan de brujas. Quizás la conozcas allí —Seren tarareó suavemente y cerró los ojos.