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El sol colgaba brillantemente en el cielo, iluminando a los habitantes de La Cordillera de la Antigua Bestia. La brisa, tranquila y fresca, barría cada hoja de hierba y cada hoja, trayendo un poco de vida al gran y vacío espacio.
Por muy grande y vacía que parezca La Cordillera de la Antigua Bestia por fuera, en realidad es increíblemente activa. Vivía y respiraba como un gigantesco organismo inmortal cuyas células constantemente se atacan entre sí. La frase, "Donde yace la muerte, florece la vida." encaja perfectamente con la escena porque por cada hoja de hierba marchita, por cada fruta podrida y bestia muerta, otra toma su lugar.
Las montañas consumen los nutrientes de los muertos y los convierten en poder, que luego se usa para crear una nueva y mejor vida. El proceso es lento y tarda miles de años en acumular algo valioso, pero es por esta razón que la gente considera a La Cordillera de la Antigua Bestia como una leyenda viva.