Dracofénix de Ceniza Helada

Elenei no podía contener su emoción. Había pasado tanto tiempo desde que empezó esta travesía intentando fusionar sus líneas de sangre. ¿Quién habría adivinado que su vida entera cambiaría solo por un encuentro fortuito con una débil chica humana que tenía una afinidad única?

—¿Quién diría que alguien con tan mala suerte como tú, sin quererlo, sería mi estrella de la suerte? ¡Jajajaja! ¡Contratarte fue la mejor decisión que tomé, Mira! —Elenei giraba alrededor de Mira, riendo alegremente.

No solo había logrado fusionar su línea de sangre, sino que también había evolucionado en una especie completamente nueva y adquirido algunos nuevos poderes.

—¡Ahora, finalmente puedo regresar con mis padres y mi clan con la cabeza en alto! —Elenei apretaba los dientes, sus ojos brillaban con determinación.

Sin embargo, había un pequeño problema: ya no estaba cerca de ascender al Reino Inmortal.

No, decir que no estaba cerca era quedarse corto.