Fin de una Era Parte 4

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En una mera fracción de segundo, Aelina se materializó sobre el Pico Luna Plateada. Su figura era etérea, radiante y majestuosa, capturando la atención de todos en el campo de batalla.

Con un elegante movimiento de su mano, una oleada de su potente Qi envolvió a las discípulas restantes de la Secta Doncella de Batalla. Bañadas en esta energía, parecían brillar, sus formas difuminadas por el increíble poder que las envolvía. Luego, como si fueran arrastradas por el viento, desaparecieron abruptamente, dejando solo los ecos de sus gritos de batalla y los restos de su lucha.

—No te preocupes, Cyrus. Solo voy a tomarlas prestadas por un minuto. ¡Nos veremos en el próximo campo de batalla! Intenta hacerlo mejor la próxima vez —dijo Aelina, despidiéndose de Cyrus con una amplia sonrisa antes de desaparecer.