Mira no estaba del todo segura de lo que Rhydian quería decir, pero supuso que quería probar su nuevo poder.
—Está bien —Mira asintió—. Vamos a probar tu fuerza. Mientras estamos en eso, puedes acostumbrarte a tu forma humana.
Mirando a Rhydian de arriba abajo, se dio cuenta de que la mujer bestia estaba allí, completamente desnuda. Mira no lo había notado antes, ya que estaba más preocupada por la fuerza y el cultivo de Rhydian que por cualquier otra cosa.
Tenía una figura muy atlética y tonificada, pero aún conservaba una forma de reloj de arena. Pero lo que le llamó la atención fueron los dos melones en su pecho. Eran llenos y firmes, pero a la vez erguidos y redondos, casi perfectos. Tenían que ser al menos copa D o E, pero no se caían para nada.