Competencia de Discípulo Primario: Templo del Sol

El silencio de la cámara era tan profundo que Mira podía oír el rítmico latir de su propio corazón. Sus nueve colas se balanceaban suavemente, proyectando múltiples sombras en el suelo.

Estudiaba los dos caminos ante ella. El Sol, resplandeciendo ferozmente con un tono ámbar, parecía irradiar una densa cantidad de Energía Primordial indomable. Su templo, bañado en luz dorada, lucía magnífico contra el telón de fondo de un cielo ardiente.

Al lado opuesto estaba la Luna, etérea y enigmática, lanzando una luminiscencia plateada a través de su camino. El templo debajo de ella estaba envuelto en una luminiscencia serena, un epítome de la calma.

Aun con tales marcadas diferencias, las dos entidades mantenían un equilibrio perfecto. Era como si la propia habitación pulsara con una sinfonía de día y noche.

Al mirar las dos opciones ante ella, Mira sacudió la cabeza.