Mira se tomó un momento para recuperar el equilibrio mientras examinaba la cámara a su alrededor. Sentía como si hubiera estado en esa prueba por una eternidad, pero en verdad, solo habían pasado unas pocas horas.
La puerta que conducía fuera de la cámara la llamaba, pero antes de avanzar, Mira se sentó con las piernas cruzadas en el suelo de la cámara, tomándose un momento para reflexionar. Su corazón y mente estaban llenos de innumerables emociones y pensamientos.
Adentrándose en su alma, Mira percibió el Núcleo del Mundo pulsando suavemente, reflejando el equilibrio armonioso que había alcanzado en la prueba. Sentía como si el núcleo hubiera crecido, no en tamaño, sino en profundidad de entendimiento.
Las lecciones de la prueba de la arena no eran solo conceptos abstractos, sino herramientas poderosas que podían moldear su futura cultivación. La verdadera prueba sería integrar estos conocimientos en su vida cotidiana y en su camino de cultivación.