Jiang Yuyan dejó al conductor allí sabiendo que esta gente se encargaría de él, pero notó movimiento en dos lugares del edificio de la fábrica. Se detuvo en la oscuridad ya que eran francotiradores que esperaban detectar cualquier movimiento fuera del edificio pero como su trabajo de permitir que San Zemin y sus hombres entraran al lugar estaba hecho, se estaban relajando sin esperar encontrar otro enemigo.
Para sorpresa de Jiang Yuyan, ambos francotiradores fueron abatidos por sus hombres que llegaron después y le despejaron el camino. Los francotiradores eran dos sirvientes del mayordomo que habían llegado allí junto con el mayordomo y algunos hombres más. Jiang Yuyan avanzó mientras el mayordomo se ponía de pie frente al conductor.
—Tienes suerte de que el jefe te haya golpeado —comentó el mayordomo, mientras el conductor, que casi se sintió paralizado por unos momentos, intentó levantarse, diciendo: