—Lo hago y podría hacerlo por siempre pero no deseo que ella venga a mí solo porque la amo —Jiang Yang miró a su amigo durante un rato y preguntó:
— ¿Por qué eres tan bueno, amigo mío?
—No lo soy. Si lo fuera, entonces habría escuchado todo lo que ella me pidió. Soy egoísta que solo quiero aferrarme a lo que he decidido y seguido durante mucho tiempo. Cuando amas a alguien, escuchas la petición de esa persona pero yo no la escuché cuando vino a mí y me pidió que tomara la posición de Lu Qiang. En lugar de escucharla, la empujé al pozo de la presión y las responsabilidades y podemos ver el resultado —contrarrestó Lu Feng.
—No tengo nada que decir cuando estás así pero puedo decir que mi hermana tiene suerte de recibir el amor de los mejores hombres del mundo —comentó Jiang Yang.
—Pero esos dos hombres no pueden estar con ella —dijo Lu Feng mientras cerraba sus ojos.