¿Puedo ser malo contigo?

—No deberías estar aquí... En mis sueños, eres incluso terca... No importa cuánto intente alejarte, sigues apareciendo... Eres mala... realmente mala... ¿Por qué no dejas de preocuparte por mí?... ¿Por qué apareces cuando estoy así...? ¿Y si te hago algo malo?... No soy un buen hombre... Puedo ser malo... muy malo... ¿debería ser malo contigo?... ¿puedo?... ¿Puedo ser malo al menos una vez?... ¿Me atrevo a hacer algo contigo?... ¿Me lo permitirás?... ¿eh? ¿Por qué no me respondes? —murmuró Lu Feng en ese espacio cerrado del elevador, y cada palabra era claramente audible para Jiang Yuyan.

Esos momentos en el ascensor pasaron con su lenta charla de borracho, la cual no afectó a Jiang Yuyan. El ascensor se detuvo, y Jiang Yuyan lo acompañó a salir de él. Llegaron frente a la puerta del apartamento, pero Lu Feng todavía murmuraba lo mismo.

—¿Por qué no me respondes... por qué... quiero saberlo? —murmuró.