—Mi hijo trabaja mucho. No sé cuándo estará libre de todo y traeremos una encantadora nuera a esta casa —dijo la mujer que era la esposa de Xiao Dong y madre de Xiao Min.
—Hmm —sin decir mucho, Xiao Dong se fue a su habitación.
Xiao Min se acostó en la cama y miró al techo, los recuerdos del pasado surgieron frente a sus ojos.
Cuando Xiao Min estaba en sexto grado, sus padres compraron su propia casa, que estaba al otro lado de la ciudad donde vivían como inquilinos.
Xiao Min no estaba feliz ya que tenía que dejar a su amigo y su escuela atrás y tenía que ir a otra escuela donde tenía que hacer nuevos amigos de nuevo. Lloró y protestó, pero no sirvió de nada, ya que sus padres ya habían decidido. Intentaron empujarlo a entender, pero él no quería.
El primer día de la nueva escuela, cuando sus padres llevaron personalmente a Xiao Min al colegio, él miró esta nueva escuela, que le dio un sentimiento de ser un extraño, y lloró otra vez.