Lu Lijun se preparó para ir a la escuela y fue a su armario, donde colgaba el abrigo de invierno negro. Era invierno y la tierra se cubría con una capa de nieve. Aparte de dormir abrazando ese abrigo, Lu Lijun pensó en ponérselo por primera vez. Como siempre, olió el abrigo de invierno y sintió su textura como si ese abrigo fuera un ser vivo y pudiera sentirlo.
Después de desayunar, Lu Lijun fue a la escuela. Ese día, aunque estaba callado como siempre, había un toque de felicidad dentro de él. No sonreía y llevaba las mismas expresiones frías, pero sus ojos mostraban que estaba feliz.
En el camino a la escuela, Lu Lijun recibió la llamada de Noah.
—¿Dónde estás? Ven rápido. Tengo una sorpresa para ti.
—Ya voy —respondió Lu Lijun.
En el momento en que iba a cortar la llamada, escuchó algunos ruidos. No estaba seguro de qué era exactamente, pero antes de que pudiera entender, la llamada se cortó.
Lu Lijun marcó el número de nuevo, pero nadie lo recibió.