—No soy un asistente Li con quien debes ser tan tímido. Deberías ayudar a tu jefa a caminar cómodamente —dijo Jiang Yuyan.
Las palabras de Jiang Yuyan sorprendieron a Xiao Min, pero él volvió en sí, sabiendo qué necesitaba su jefa en aquel momento, su apoyo. Xiao Min agarró la mano de Jiang Yuyan con una de sus manos y la sostuvo rodeando su cintura con su otra mano para que pudiera caminar apoyándose en él.
Le sorprendió pensar si su jefa sabía lo que él sentía por el asistente Li y, si realmente lo sabía, ¿cómo? Nunca se lo había dicho a nadie, excepto a sí mismo cuando se dio cuenta por primera vez y, siempre que veía a su superior estos días, la única voz que venía de su mente era: esta persona era a quien amaba profundamente.
—¿Lo sabe? ¿De verdad? —pensó, caminando hacia el ascensor.