Verdad que duele...

—Si de verdad te importa Xiao Min, entonces rompe tu amistad con él. Si es posible, muévete a algún lugar lejano. Lo que la madre de Xiao Min hizo por ti en el pasado, su cuidado y su amor que estaba destinado solo para su hijo, pero que compartió contigo, y por su bien, no deberías hacer nada que la lastime. —dijo Xiao Dong.

—¿Está seguro el señor Xiao de que funcionará y Xiao Min me olvidará? —preguntó Shen Li aunque no deseaba seguir lo que Xiao Dong decía.

—Funcionará —respondió Xiao Dong con confianza.

—Una vez más, seguiré lo que dijiste —aceptó Shen Li con pesar.

—Bien... —murmuró Xiao Dong.

—Es solo por el bien de Xiao Min porque lo amo y no deseo quitarle la oportunidad de tener una buena vida donde se casará con una mujer y tendrá hijos —confesó Shen Li.

Dicho esto, Shen Li se fue de prisa, sin siquiera volver la mirada hacia el hombre. Aunque estuvo de acuerdo, solo él sabía cuánto le dolía y tenía ganas de llorar en ese mismo momento.