—¿A dónde vas? —Lady Maggie, su hermana mayor, fue quien le preguntó al verla pasar por el corredor toda vestida.
—No es asunto tuyo —Grace rodó los ojos, lo que hizo fruncir el ceño a Maggie al girarse para ver a su hermanastra salir de la casa y subir a la carroza. Últimamente, su hermana había estado saliendo al anochecer o al mediodía para regresar alrededor de la hora de la noche justo antes de la cena.
Su hermana menor siempre había sido así. No escuchar a nadie y hacer lo que le placía. Maggie había esperado que en los años que pasarían, la chica corrigiera su actitud, pero nada había cambiado.
Grace subió a la carroza y luego pidió al cochero que la llevara al Valle de la Isla. Cuando llegó allí después de unos minutos. Bajando, caminó rápidamente por las calles, en busca del hombre para ver si aún estaba aquí. Al no ver rastro de él, asumió que se había ido cuando escuchó su voz desde atrás.