Robarte vio a Grace dar media vuelta y dejar la calle en la que estaban parados para tomar otro camino antes de marcharse en su carroza. Sus ojos se suavizaron una vez que ella se fue, sus rasgos volviéndose más tiernos de nuevo y él mismo abandonó la calle. Las personas que lo conocían se inclinaban al cruzar miradas con él y él correspondía como un caballero. Caminando hacia el mercado negro cuando algo en la pared captó su atención. Era un papel con el dibujo de una mujer.
Observó la imagen que tenía una recompensa de doscientas monedas de oro que ahora habían aumentado a cuatrocientas monedas de oro.